Blanca como la flor del naranjo y el limonero, dorada como la luz del sol que incide en sus fachadas, esta casa contemporánea a veces se pierde en la tradición del sur.
Casa Azahar es una vivienda con fuerte carácter andaluz, con paredes encaladas, muy arraigada al lugar donde será erigida. Sus patios, que garantizan las ventilaciones de todas las estancias y sus celosías, que filtran la luz y dan la bienvenida al frescor y a la sombra, le configuran un aspecto sencillo y elegante, sin olvidar la esencia vernácula sobre la que se concibe.
Al final de todo, resulta ser un volumen perforado intencionadamente, pero claro y rotundo, muy blanco, que se adapta al clima, al contexto en el que se encuentra y a su situación estratégica en el cruce de dos calles.