Una vela plegada, un barco varado, un embarcadero sin fin… La Casa del Viento, ubicada en la playa de La Antilla, será un lugar para contemplar el infinito. Una plataforma que se extiende al horizonte y al mismo tiempo, una casa cálida y sencilla, inspirada en la arena, el viento y el mar.
Bebiendo de las influencias de la arquitectura vernácula y costera española, y ligada también al mundo náutico por una evidente y estrecha relación con el mar, esta vivienda utiliza elementos característicos de este imaginario para conformar su identidad; madera en suelos, asemejándose a la cubierta de un barco, pasamanos de acero inoxidable, velas de hormigón blanco…
La nueva estructura se posa de forma sutil sobre la vivienda antigua, respetándola y complementándola, pero diferenciándose claramente de ella. Los nuevos pilares, que cambian de sección de forma progresiva y parecen izarse, como lo harían las velas de un velero, confieren a la nueva vivienda una imagen mucho más dinámica.
El programa se distribuye en torno a una nueva escalera; zona social a un lado y completamente abierta, donde se encuentran la cocina, el comedor y el salón, y zona privada al otro. Dicha escalera aparece de forma inesperada en un resquicio de la estructura preexistente y crea una experiencia de ascenso estrecha. A modo de grieta o fisura iluminada y transitable, conduce al usuario hacia la cubierta, donde contemplar el horizonte y disfrutar de la brisa marina que se mueve libremente entre los orificios de las pérgolas.
El exterior es blanco, abstracto y luminoso, tan característico de los pueblos encalados andaluces vinculados al mar. Como dice el maestro Campo Baeza; “El blanco es una base firme y segura, eficaz, para resolver los problemas de la luz” a veces para atraparla, otras para reflejarla, esta casa tiene presente la incidencia de la intensa luz de su contexto físico.
El interior, en cambio, resulta más íntimo y acogedor. Los tonos tierra de maderas, suelos y paredes crean una atmósfera de calma y equilibrio. Inspirada en la arena de la playa circundante, la casa persigue una coherencia visual en los materiales y una homogeneización en las diferentes estancias favoreciendo la fluidez espacial y sensación de infinidad.
Definitivamente esta casa, aunque permanezca en la tierra, parece un barco varado a punto de zarpar y de adentrarse en el mar…