La volumetría de esta casa, su forma de manifestarse a la calle, es una consecuencia del exhaustivo estudio de exposición solar a la que ha sido sometida.
Se cumple la máxima pues de que la forma sigue a la función, donde el verdadero hándicap del proyecto, resulta ser el argumento generador del mismo.
En un clima cálido, en el sur de España, y con su fachada principal orientada al sur puro, esta casa, para protegerse, se abre al interior y sus pocas aberturas se esculpen y cincelan estratégicamente con una expresividad única. Esto garantiza la sombra y la ventilación de todas las estancias abiertas, como el salón y la cocina, que quedan orientadas al norte, hacia la luz difusa y calmada, a través de un patio de fachada interior anexo a la escalera.
Resulta ser una casa equilibrada y proporcionada en su justa medida, compuesta por dos volúmenes; el basamento de hormigón vinculado a la tierra y que se perfora de manera contundente y rotunda y el cuerpo superior, de apariencia liviana, al que se le practican unas incisiones inclinadas o abocinadas