Se propone esta plaza estancial en el frente marítimo a modo de península de un paseo peatonal. Esta plataforma se concibe para mirar al mar, al cielo y al horizonte. Su base, pesada, parece nacer de la tierra y se muestra firme y estática. Su pérgola, para dar sombra a los paseantes, se concibe ligera y etérea, un elemento tectónico sobre la base estereotómica.
El hormigón y el blanco. El blanco luminoso y marítimo lo inunda todo. Una combinación sencilla y elegante para que la integración de este nuevo elemento en la costa sea plena.
El mobiliario urbano completa la composición espacial de esta plaza pública concebida para mirar a lo lejos, donde se unen el cielo y el mar.